Reconocimiento a Prisciliano Castro

21 de Mayo de 2025.

Prisciano Castro lo ha sido todo en el movimiento vecinal. Nombrarle es nombrar a la FRAVM, de la que fue presidente 17 años y la aupó como organización reconocida y respetada por administraciones, instituciones y por la sociedad madrileña. Es nombrar a una de las personas más íntegras, y por eso mismo respetadas, del tejido asociativo madrileño.

Nace en Talayuela (Cáceres) en 1945, y con 18 años se traslada a Madrid, donde vivirá en el poblado chabolista de Pozo Blanco, en Orcasitas, hasta su realojo en 1974 en viviendas públicas en Moratalaz, su barrio desde entonces. En 1966 se afilia a los entonces clandestinos PCE y CCOO, a los que pertenece desde aquella época. En 1968 participa en la formación de la AV de Orcasitas. Después de trabajar en General Eléctrica entre 1970 y 1973 –empresa que abandona para evitar la cárcel por su actividad sindical clandestina—, comienza a trabajar en la fábrica Barreiros de Villaverde. Instauradas las elecciones sindicales, será elegido sucesivamente y hasta 1995 miembro de su comité de empresa.

En 1974 participa en la fundación de vecinos Avance de Moratalaz (que presidirá hasta 2004), y un año después en la constitución de la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos (hoy FRAVM). A finales de 1987 es elegido presidente de la federación, cargo para el que es sucesivamente elegido hasta diciembre de 2004. En 1994 recibe la Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid y en 2007 la Medalla de Oro de Madrid por su destacada y brillante labor en beneficio de esta ciudad y representar “el imperativo de justicia social”.

Entre los hitos de la trayectoria como dirigente vecinal de Castro cabe citar la lucha por la legalización de las asociaciones vecinales y la federación entre 1968 y 1977; la “guerra del pan”; la lucha por la vivienda pública (remodelación y renovación de barrios) y protegida (cooperativismo vecinal de vivienda protegida), por la rehabilitación de los centros históricos y barrios periféricos y por la erradicación de la infravivienda y el chabolismo; y la planificación y aprobación de programas de inversiones prioritarias en ocho distritos desfavorecidos de la ciudad de Madrid, como el Plan 18.000 de Usera y Villaverde y los Planes Especiales de Inversiones y Actuaciones de estos dos distritos y de Carabanchel, Puente de Vallecas o Latina.